Llegó el año nuevo, el año en donde daría un paso muy importante en mi vida, el año en donde seria padre por primera vez, el año en donde mi vida cambiaría para siempre.
- Amor, ya estamos enero, he hablado con mis abuelos, y me han demostrado su apoyo, me han entendido, sé que ellos me ayudaran, me apoyaran, estoy muy agradecido con ellos.
- Que bueno amor, soy sincero, todo esto me inquieta, me siento feliz de ser padre, y que este sea nuestro hijo, sé que te amo, porque eso siente mi corazón, no me importa nada más, mi familia eres tú y ese bebe que en tu vientre viene creciendo…
Siempre me he caracterizado por ser rebelde, y esa rebeldía era mi punto de inicio, para no dejarme recaer, esa rebeldía era la que me hacía fuerte, y ese bebe era mi motivación para seguir adelante, era mi hijo, mi sangre, mi vida.
- Amor, buenas noches, disculpa que te llame a estas horas, pero quería recibir contigo a la distancia, este 14 de febrero, Feliz día amor…
- Este 14 de febrero, a pesar de la distancia, es el 14 de febrero más hermoso que he vivido Maritza, puesto que no solo celebro el amor que siento por ti, sino, el amor, que le daré a ese bebe, mi bebe.
Toda la noche hablamos, hablamos de nuestras vidas, de lo que haríamos después de su regreso, hablamos de nuestro hijo, hablamos y la noche era testigo de nuestra felicidad, de nuestro amor, de nuestros sueños, de nuestras almas. La madrugada llegó y era hora de dormir, para iniciar un nuevo amanecer, faltaba 15 días, para enfrentarnos a nuestras familias, faltaba 15 días para iniciar nuestras vidas juntos, y cristalizar nuestro amor adolescente,
- Te amo Maritza, te amo como loco, te amo demasiado, te amo….
- Rafael, mi chiquito, yo te amo mucho más, me demostraste lo especial que eres, y así conquistaste mi corazón, te llamo de aquí a las 11 am, te amo…
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