Como puede una simple llamada revivir un amor que hace casi ya 6 meses atrás se creía estar muerto, como puede una simple llamada, revivir recuerdos del pasado ya olvidados, como una simple llamada puede mantener viva esperanzas e ilusiones que se creían apagadas y traer al presente un amor del pasado.
El pasado sábado 18, recibí tu llamada, y aunque no me imaginaba que volvería a escuchar tu voz, una parte de mí se alegró de poderte escuchar, aunque esa llamada traiciono nuestro pacto de que ninguno de los dos volvería a llamar a ni a uno ni a otro, pero eso que importaba ya…
Éramos dos personas que conversaban como si el tiempo no hubiese trascurrido, como si no hubiese habido entre nosotros problemas, ni malos entendidos, como si fuera de todos los días esas llamadas, conversábamos y el tiempo pasaba, era impresionante saber de alguien que un momento de mi vida – creí – sentir amar.
Al día siguiente volviste a llamar muy temprano y en la noche otra vez, y ahora la conversación se trataba de los dos, del amor que quizás hubo entre nosotros, de los errores cometidos, de las traiciones y mentiras, del dolor y sufrimiento causado, de todo, de nada, del amor, de los dos…
Para mí – yo creía – este amor estaba muerto, estaba en un baúl bajo siete llaves y enterrado en el desierto más lejano, en cambio tú, aun conservabas las esperanzas de una posible reconciliación, la ilusión de que volvería amarte, de que empezáramos de nuevo, de que regresáramos, pero era yo, quien no deseaba arriesgarse de nuevo…
Tu aclarándome el panorama, alejándome de la tempestad, poco a poco, con cada palabra tuya, los recuerdos volvían a mi como una ráfaga de viento, y este sentimiento, volvía a dar señales de vida, y yo terco aun me negaba en aceptar que quías aun te podría amar, pero no, me cegaba a que ya no había nada en mi corazón y que este era una piedra ya, dura y sin vida.
Y en plena llamada, compartíamos melodías, canciones que en sus letras contaban nuestra historia, y decían palabras que no podíamos decir, estábamos ahí en silencio, acompañándonos con esas melodías que resumían nuestras vidas, nuestras acciones, nuestros sentimientos, nuestra relación, y tú ahí dando los primeros auxilios a este corazón, que poco a poco comenzaba a latir por ti.
Los recuerdos rasgaban nuestros pobres corazones, se habrían viejas heridas que aún no cicatrizaban del todo, pero era necesario, lo necesitábamos para ver que habíamos perdido por nuestras decisiones, pero tu ahí firme, estabas luchando por – según tu – ese amor que sentías en tu corazón…
Yo al final solo atine a pedir tiempo, una semana, una semana para reflexionar, para revalorar lo perdido, y dialogar con mi interior, reencontrarme con mis recuerdos del pasado y ese sentimiento que ya creía haber olvidado, aceptaste mi pedido y una frase me dejaste: “Quiero estar contigo”...
POSDATA: El vídeo de la canción que escuchamos y que hizo revivir ese sentimiento que ya había creído olvidado.
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